Cabrón

viernes, 31 de mayo de 2019


Érase una vez una ninfa griega llamada Adamantea que vivía en la isla de Creta. Adamantea, que en griego significa ternura, hacía honor a su nombre y era conocida por su dulzura y delicadeza. Pasaba sus días aburrida como un mono, tocando el arpa y hablando a los animalillos de la isla. Un soleado día, decidió subir al monte Ida sin más aspiraciones que buscar nuevas setas, cuando de pronto, de la nada salió la mismísima diosa Rea, llevando en brazos a su hijo Zeus.

- ¡Rea! ¡Madre de Zeus!- exclamó sin dar crédito.
- Querida Adamantea, te necesito. Mi marido Crono, el titan de titanes, está zumbadísimo y no deja de comerse a todos nuestros hijos recién nacidos. Por favor, ayúdame y esconde a Zeus de las garras de su padre. - suplicó desesperada Rea.
- Así lo haré, oh mi titánide...!!
Y así fue como la dulce y cándida Adamantea de repente se vio sola, con Zeus en brazos, en mitad del monte Ida.

¿Y qué le das de comer al padre de los dioses y los hombres? La dulce Adamantea se hacía la misma pregunta mientras miraba a su alrededor en el monte cuando de pronto, ¡zas, una nueva aparición! Una preciosa cabra blanca se acercaba hacía ellos con curiosidad.

- Ohhh, mi bella cabrita... tú vendrás conmigo, te llamarás Amaltea y alimentarás a Zeus. - Le dijo con toda normalidad.

La cabra, que no quería irse del monte, se fue a regañadientes ladera abajo pero cuando por fin llegaron a la cueva donde esconderse de Zeus, ya se había encariñado tanto de la ninfa como del mismísimo Zeus. A partir de entonces, el bebé comenzó su nueva vida comiendo miel de abeja y bebiendo leche de la cabra Amaltea y cada día, Adamantea se sentía super feliz viendo crecer a Zeus sano y salvo. La ninfa lo tenía todo pensado: mientras era bebé le tenía colgando de un árbol sujeto por una cuerda porque su padre, al ser el dios del cielo, la tierra y los mares solo dejaba sin vigilar el aire y, por otro lado, cuando el bebé lloraba, Adamantea llamaba a los Curetes (los nueve hijos del dios Apolo) para que armaran bulla alrededor del niño y así Crono no pudiera oír el llanto de su hijo...

A medida que el niño fue creciendo, su fuerza cada vez iba siendo mayor y sus habilidades comenzaban a ver la luz. Y un día, mientras jugaba con Amaltea, Zeus soltó un rayo que le partió un cuerno a la pobre cabra...  Adamantea recogió el cuerno y tras mucho pensar qué hacer con él, decidió llenarlo de frutas y flores pero Zeus, mucho más creativo, tras mirarlo un instante lo mandó con decisión al cielo, formando así el primer unicornio. Desde entonces, ese cuerno se llama cornucopia y representa la prosperidad.

Finalmente, cuando la bella cabrita murió, Zeus la llevó junto a las estrellas formando la conocida constelación Capricornus.

The End



Segundo dibujo en A2 y no sé si último. El siguiente al que me enfrento es secreto de momento pero también supone un reto y no tengo mucho tiempo para presentarlo así que me no me enrollo más... me pongo en marcha!




¡Feliz Junio!

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