Era mediados de marzo, la pandemia ya había sido oficialmente declarada y los españoles vivíamos confinados en nuestras casas. Afuera nuestro planeta aprovechaba para sanar: los cielos se descontaminaban, los mares se depuraban y las especies animales recuperaban espacios perdidos, campando a sus anchas como probablemente nunca más volverán a hacer. Pues en este escenario idílico, en plena pradera asturiana, bajo un sol brillante y un cielo limpio y puro, la joven vaca Samantha pastaba alegremente cuando de la nada apareció un alienígena en su nave espacial. La cosa fue rápida: con precisión y sorprendente sigilo, el OVNI se situó sobre Samantha y la succionó. En menos que canta un gallo y lejos de lo que podáis pensar, la vaquita pasó a formar parte de la tripulación de aquella nave. Nada de experimentos o torturas, que quede claro ya, los extraterrestres abducen vacas porque es su única manera de poder alunizar. Tal y como ya expliqué en mi post “el futuro no es lo que era” y según avala COSMOCOWS, las vacas son viajeras del espacio y sienten especial afinidad con la luna. Esto explicaría dos cosas:
1- Que la luna esté hecha de queso.
2- Que como la echan de menos la llaman a todas horas... pero como no saben pronunciar bien suena MUUUU en vez de MOON.
Pues eso, la luna es un espacio protegido y reservado para determinadas especies y los alienígenas solo son bienvenidos si traen a un vaca “bajo el brazo”. Digamos que es su pase de entrada. El porqué los extraterrestres tienen interés en visitar la luna es otro tema que no toca ahora desvelar.
El caso es que Samantha fue una afortunada en poder pisar la luna y descubrir de primera mano lo que allí se cuece. Mucho se ha escrito sobre los selenitas y sí, hombres lobo, macacos fuera de órbita, vacas creando queso non stop y otras especies -terrícolas o no-, conviven en nuestro satélite con diferentes intenciones o misiones. Es verdad que todos sus habitantes son proclives a la copulación desmedida, a comportamientos lunáticos y a padecer un insomnio eterno pero no es menos cierto que los selenitas no desean vivir en ningún otro rincón de la galaxia.
Esto explica que Samantha regresara a la Tierra nostálgica y ávida de más aventuras espaciales y por suerte para ella, la NASA la localizó, reclutó y envió a bordo del cohete Falcon 9 el pasado 27 de mayo. Su misión es muy concreta: obtener cualquier documento que aporte luz sobre los selenitas y los trabajos que desempeñan allí arriba.
Hay mil preguntas en el aire, ¿acaso la luna está en el punto de mira de la NASA como opción vacacional y/o alternativa a la Tierra? ¿Es cierto que desde allí se pueden controlar diferentes aspectos de nuestro planeta y de los humanos? ¿Están las vacas capacitadas para cumplir con misiones de este calibre?
Hasta hace bien poco, bromeaba diciendo que las vacas acabarían siendo una especie en extinción por aquello de que aproximadamente el 75% de la población es intolerante a la lactosa. Sin embargo, a la vista de estos reveladores datos, parece que los indios, la NASA y los aliens protegen y protegerán a la vaca por encima de todo, hasta el final de los tiempos.
Fly me to the moon
Let me dance among the stars
Let me know what spring is like on Jupiter and Mars
In other words, hold my hand
In other words, baby kiss me
Fill my heart with song and let me sing for ever more
You are all I long for, all I worship and adore
In other words, please be true
In other words, I love you
Do you hear me? I’m talking to you
Across the water, across the deep blue ocean
Under the open sky oh my baby I’m trying
Boy I hear you in my dreams
I feel your whisper across the sea
I keep you with me in my heart
You make it easier when life gets hard
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